viernes, 17 de febrero de 2012

La iComodidad

La iComodidad
Los nuevos imperios. Los nuevos señores que se reparten el mundo, caciques que controlan continentes de forma mixta. Vivimos en el feudalismo tecnológico, donde la caída de la red de “blackberry” o un error en los servidores de mensajería de algún servicio online, provoca una ansiedad traducida en pánico a perder la comunicabilidad humana. Los teléfonos inteligentes y multifuncionales, inventos teóricamente diseñados para hacer más cómodas las relaciones humanas aglutinando servicios que acercan a las personas a través de un aparato portátil, han creado a su vez una dependencia a su uso que , debido a esa facilidad y comodidad, en lugar de acercar personas, lo que hace es alargar conversaciones. Banaliza las relaciones humanas, y convierte al sujeto humano en un ser de escasa competencia comunicativa, al menos presencial. Traslada el ámbito social al mínimo común denominador, limitándose el usuario a teclear la amistad, la ira, el odio, el amor, y todas las sensaciones de las que disponemos como seres humanos. El simiesco y supuestamente avanzado ser queda reducido a un vago elemento que carece de una cercanía con sus congéneres. La sociedad se interrelaciona de país en país y las modas van y vienen como las olas empapando a miles de personas que se creen unidas a algo diferente a lo habitual, convirtiendo con el tiempo en habitual a lo supuestamente alternativo. Personas que se creen especiales y no son mas que otros eslabones esclavos de las mismas consignas, que defienden una libertad, pero que han tragado con el mismo detritus pasivista que se les ha inculcado para mantenerlos en silencio y sin moverse. Todo extendido gracias a la civilización red. Los golpes de estado dentro de poco se podrán dar gracias a una aplicación para iPhone o Smartphone, ya que las “revoluciones” ahora se promueven  de esta manera.
Constancia. Militancia. Unión. Causas perdidas. Ahora cualquiera se puede bajar un mitin en un podcast. Se ha perdido la esencia de los colectivos y movimientos que pretendían cambiar la realidad social, acostumbrados a esa comodidad, y parece haber mayor esperanza de cambio en personas de una edad, con todos mis respetos y rindiéndoles pleitesía, avanzada, que deberían ser los que inculquen en los jóvenes una semilla de interés en su entorno y en las formas de adaptarlo.
Neodarwinismo. En contra de la teoría darwinista clásica, que defendía que en la naturaleza el que se adapta es el que evoluciona, la teoría neo darwinista expone que quien adapta su medio a sí mismo es quien evoluciona. La guerra de las especies. Sin embargo los jóvenes eslabones que deberían ser los académicos de un futuro cercano, y padres del nuevo sistema que garantizara el bienestar del ciudadano, viven muy cómodos con su aparataje, previamente adquirido por sus progenitores, sin saber cuanto cuesta conseguirlo. Esa gente recibe un arma. Un móvil inteligente, un poder. Citando una frase de una conocida serie de cómic “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. ¿Desarrollan la responsabilidad quienes han recibido todo por ser quienes son, hijos de sus padres? Solo engendramos y alimentamos seres que se convierten en monstruos sin respeto. Bestias parasitarias que se alimentan de la comodidad y que no tratan de adquirir unos conocimientos y unas competencias, si no que lo único que pretenden es vivir sin responsabilizarse de nada. El sueño español, “Vivir sin trabajar”. Una delicia para casi todos los jóvenes. Y quien tiene la culpa, ¿sus padres? ¿El sistema? ¿La televisión? Todos y ninguno. Ahora es un momento de cambio, y es cuando escasean las ganas, la madurez y la competencia de los ciudadanos. Que vergüenza. ¿Quién se mueve? ¿Quién le pone el cascabel al gato? Muchos, son una banda organizada, uno, es un mártir.
El bienestar del colectivo se comprende como jurisdicción de todos los sujetos del colectivo. Pero, ¿Qué conforma cualquier clase de interés filantrópico y social, si no una visión personal y subjetiva de la manera en la que se debería gestionar cualquier conflicto o bien común? A fin de cuentas, una persona tiende a generalizar su opinión, debido a que está dotado de sentido común, es decir, la creencia de que la ideología o la visión personal es totalmente universalizable y perfectamente prescriptible para el conjunto de la sociedad. Esto se traduce en un individualismo que se gradúa en diferentes niveles, de las esferas más personales, a la manera en la que comprendemos la realidad y el mundo que nos rodea. Ergo, una suma de individualismos e intereses personales da lugar a un  interés común en un colectivo completo.  ¿Y que ocurre cuando dos colectivos se encuentran? Una guerra ideológica. Guerra de intereses y lucha de individualismos. Guerra por adaptar el entorno a sí mismos. Una necesidad que hoy en día no se ve cubierta por los jóvenes que prefieren seguir viviendo y deglutiendo en una comodidad que los condena al borreguismo. Y es que, como en el dicho: “Más vale cerdo satisfecho que Aristóteles frustrado”.

En conclusión, el cambio social solo puede ser propiciado, al parecer, por una situación de imposibilidad del bienestar humano, ya que, por muy mal que pueda volverse la situación, mientras el conjunto de simios viva cómodo no decidirá dejar de posarse sobre su trasero, en lugar de sobre sus piernas como debería, para alzarse y poder ver sobre la televisión y a través de la ventana la cruda situación que se abalanza sobre nosotros si no plantamos cara a una bestia que hemos alimentado, aun a sabiendas de que un día mordería nuestra mano.
SALUD Y REPÚBLICA
Fdo.: Josu Ochoa González

2 comentarios:

  1. Es difícil saber si la tecnología es realmente nuestro mayor arma o las cadenas que nos aprisionan.

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